Mostrando entradas con la etiqueta Sandor Ferenczi. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sandor Ferenczi. Mostrar todas las entradas

miércoles, 14 de marzo de 2012

Sandor Ferenczi. El analista en el ojo de lo Real


Miguel Gutiérrez P.

Si un mismo sujeto puede reunir la pasión por lo real, la inmersión clínica, el deseo por el psicoanálisis y la locura, Sandor Ferenczi es el círculo perfecto. Discípulo destacado de Freud, logró asomar la cabeza por encima de su generación de psicoanalistas y no solo por su osadía.
Nacido en Hungría, hijo de una familia con ideales políticos de izquierda, intelectuales, trabajó como médico y se interesó tempranamente en el trabajo de Freud. En el interior del movimiento psicoanalítico, Ferenczi promovió el análisis del psicoanalista (“Los analistas deberían estar mejor analizados que los pacientes y no peor” [1932b]) y la necesidad de llevar ese análisis hasta el final. Plantea cuestiones nodales para el psicoanálisis contemporáneo, como es precisamente la pregunta por el final de análisis: “El análisis termina de verdad cuando no hay suspensión ni por parte del médico ni por parte del paciente: el análisis debe morir de agotamiento” (1928). ¿Qué es lo que se agota al final de la cura? La vigencia de su obra es absoluta.
Ferenczi es también pionero en la introducción de modificaciones en la técnica analítica, como sus célebres “relajación y neocatarsis” y su controvertido “análisis mutuo”. Observa que no todos los pacientes se acomodan de igual manera al dispositivo analítico. Como “experto en casos difíciles”, como se hizo conocer (1931), sabía de la psicosis y de la necesidad de abordarla de manera distinta a los casos tradicionales. Es su propia pasión por lo real la que lo lleva a introducir modificaciones en la técnica como intentos de atrapar aquello que se le presentificaba en la experiencia clínica, que insistía en ella y que, a la vez, se le escapaba.
La relación Freud-Ferenczi tuvo un desenlace catastrófico. Ferenczi se había analizado con Freud y le reprochaba a éste no haberlo acompañado en su análisis hasta el final y el no haber permitido que se desplegara la transferencia negativa. Es a raíz del escrito de Ferenczi, “Confusión de lenguas entre el adulto y el niño” (1932), que la ruptura de estos dos analistas se hace inminente. Freud le reprochaba a Ferenczi estar retornando a la primera teoría traumática de Freud. Fue, a su vez, la lectura que hicieron las generaciones posteriores de analistas, algunos para criticar este hecho, algunos para exaltarlo. Lo cierto es que Ferenczi no retornaba a un primer Freud, sino que introducía una novedad a la que los ojos y oídos de su tiempo no atendieron y que ha morado silenciosa a lo largo de las generaciones. Sólo a partir de una relectura rigurosa de la obra de Ferenczi es posible extraer todas las consecuencias fundamentales de esta “Confusión de lenguas”, que es precisamente —en la intuición clínica de Ferenczi sobre lo real—, la dimensión traumática del lenguaje, el propio trauma del lenguaje. Como dirá luego Ferenczi en ese extraño e irrepetible texto que es su “Diario clínico” (1932): “La palabra es un relato de la historia del trauma”.
Amado por unos, repudiado por otros, lo cierto es que Ferenczi se mantuvo fiel a su rigurosidad analítica, y, de alguna manera, apretó a la totalidad del movimiento analítico contra las cuerdas, como un fanático religioso que se hace subversivo para la propia institución de la que parte. Freud (1914) le rendirá homenaje a este analista, paciente, interlocutor y colega suyo, el autor que más cita a lo largo de toda su extensa obra: “Hungría, tan próxima a Austria en lo geográfico y tan distanciada en lo científico, hasta ahora no ha brindado al psicoanálisis sino un sólo colaborador, S. Ferenczi; pero tal que vale por toda una sociedad” y, en la nota necrológica de 1933, se refiere a los escritos de Ferenczi que “hicieron de todos los analistas sus discípulos”.
Mi libro Confusión de lenguas. Un retorno a Sandor Ferenczi (2012), publicado recientemente en Argentina, es una invitación a explorar la pertinente obra de este singular analista, a la luz de los debates actuales y partiendo de los aportes de Jacques Lacan.


S. Ferenczi y S. Freud


Referencias

Ferenczi, S. (1928), El problema del fin de análisis, En: Obras completas, Tomo IV, Espasa-Calpe: Madrid.
Ferenczi, S. (1931), El análisis infantil en el análisis de adultos, En: Obras completas, Espasa-Calpe: Madrid.
Ferenczi, S. (1932), Confusión de lengua entre los adultos y el niño. El lenguaje de la ternura y de la pasión, En: Obras completas, Espasa-Calpe: Madrid.
Ferenczi, S. (1932b), Diario clínico, 1985, Conjetural: Argentina.
Freud, S. (1914), Contribución a la historia del movimiento analítico, En: Obras completas, Amorrortu: Argentina.
Freud, S. (1933), En memoria de Sandor Ferenczi, En: Obras completas, Amorrortu: Argentina.
Gutiérrez Peláez, M. (2012), Confusión de lenguas. Un retorno a Sandor Ferenczi, EUDEM: Argentina.